10/6/06

La semilla que se salvó de la extinción

Han pasado tres semanas desde que Nuevo Jerusalén fuese completamente devastada. Ningún edificio quedó en pie. Ningún árbol en pie. Ningún sentimiento en pie. Desde luego, yo ya no necesitaba esta ciudad para nada, me iba a mudar apenas tres semanas después... pero eso no quiere decir que no la echara de menos. Además, tarde o temprano debería volver a mi pequeño paraíso, ahora un queso gruyère de escombros. ¿Qué podía hacer, sino reconstruirlo, poquito a poco, sin hablar, con la fuerza de un suspiro, con la energía de mil cantos y cántaros de agua? Había por ahí una semilla de Dios sabe qué arbol no frutal, que se libró de la explosión nuclear. Esperemos que también sobreviva a la radiación...

Apenas quedan cuatro días para que abandone esta ciudad, al menos temporalmente. Pero está resurgiendo de sus cenizas... como dijo el Arquitecto, ya veremos. Hasta entonces, disfrutemos de nuestros paraísos de acogida. Besos huracanados, temblorosos y explotados. El Gaspar Ilóm no deja que a la tierra de Ilóm le roben el sueño de los ojos. Adiós. O mejor... hasta luego. :)

Ruta Quetzal BBVA 2006: A las Selvas de la Serpiente Emplumada. Las ciudades perdidas de los mayas. Expedición por Guatemala, Belice, México y España. Para hacerme sentir feliz, mandad un email de menos de 160 caracteres a rutaquetzal@grupobbva.com , figurando tanto en el "asunto" como al inicio del email, "Adrián Rebola Pardo - España - Grupo 16", entre los días 16 de junio y 28 de julio. Gracias por adelantado ^^.
PD: No os metáis con Íñigo en el mensaje, que es el que los reparte xD.

Originalmente publicado en http://memoriasdeunquetzal.bitacoras.com .


Marea - Corazón de mimbre
http://www.youtube.com/watch?v=_ypjmzPngUo


Quieto parao', no te arrimes, ya son demasiados abriles.
Para tu amanecer desbocao', mejor que me olvides.
Yo me quedo aquí a tender mi pena al sol
en la cuerda de tender desolación,
luego empezaré a coser tequieros en un papel
y a barrer el querer con los pelos de un pincel..

Y en cuanto acabó de zurcir las heridas de
las noches mal dormidas llegué yo,
y le llené de flores el jarrón para los dos,
sin espinas, de colores, que se rieguen
cuando llore y cuando no... las sulfatamos
con nuestro sudor.

Y me confesó, cuando quieras arrancamos, que
en las líneas de la mano lo leyó,
que se acabó el que la quemara el sol,
pero se asustó. ¡Cómo te retumba el pecho!
Tranqui, es sólo mi maltrecho corazón,
que se encabrita cuando oye tu voz,
el muy cabrón.

Y me enamoró, aunque era un hada alada y
yo seguía siendo nada no importó,
eramos parte del mismo colchón
hasta que juró,"nos querremos mas que nadie
pa' que no corra ni el aire entre tu y yo".
Sentí que me iba faltando el calor,
y digo yo...

Amaneció, la vi irse sonriendo,
con lo puesto por la puerta del balcón,
el pelo al viento diciendome adiós,
porque decidió que ya estaba hasta las tetas
de poetas de bragueta y revolcón,
de trovadores de contenedor.

¿Qué coño le pasará, que ya no sale a volar ?
¿Tal vez le mojó las plumas el relente de la luna?
Le volvió loca el sonío' de las gotas de rocío
cuando empieza a clarear y aún no se ha dormío'.

Y le hizo un trato al colchón,
con su espuma se forró el corazón,
que anoche era de piedra
y al alba era de mimbre,
que se dobla antes que partirse...